miércoles, 23 de noviembre de 2011

"Diálogos de ascensor" para el E.T. nacionalizado




Viniste a la Tierra huyendo del colapso de tu propio planeta y elegiste este rincón llamado Buenos Aires porque encontraste el nombre inspirador, aunque ni bien llegaste te pareció, cuanto menos, un caso de publicidad fraudulenta.
Rápidamente, como suelen hacer todos los de tu especie, adquiriste aspecto humano, aprendiste nuestro idioma y algunos yeites porteños para moverte con soltura, como pez en el agua.
Conseguiste un laburito, alquilaste un bulo con una garantía que compraste por ahí y ya estás pensando en comprarte un autito, total, acá maneja cada subnormal.
En fin, lograste pasar desapercibido, conseguiste mantener oculta tu verdadera procedencia, pero todavía hay una asignatura pendiente, un lugar en el que no terminás de sentirte cómodo: el ascensor.
Si vas sólo no hay problemas, como es inevitable para cualquier habitante de este universo, te limitás a mirarte en el espejo, apretarte algún grano, rascarte despreocupadamente tus partes púdicas, hacer muecas infantiles o sacarte un pelo que te sale de tu ahora humana nariz. Pero si contrariamente te toca viajar junto a algún vecino, pasás dentro de esa pequeña jaula los más aciagos segundos.
Ya habrás notado que el viaje será insoportable si no se establece una charla, pero también te habrás percatado de que esa charla no puede abarcar cualquier tema. A continuación, tópicos sugeridos y tópicos prohibidos para el ascensor. Ya sé que también precisás ayuda para a los viajes en taxi, pero el curso de fascismo lo dejo para más adelante.

Sugeridos

  • Clima (altamente recomendable cuando hace mucho calor o mucho frío, ridículo si hace 22 grados, no llueve, no hay viento y no está nublado).
  • Otros vecinos (si compartís el ascensor con una vieja garpa un "qué lío que hace el muchachito del 4to B", si viajás con ese muchachito, conviene un "cómo rompe las pelotas con el horario de descanso la vieja del 5to C").
  • El aumento de las expensas (en este país de quejosos, la indignación emulsiona hasta el agua y el aceite).

Prohibidos

  • Preguntas delicadas y personales ("¿Cómo está tu abuelita?, hace mucho que no la veo" o "Ayer tu mujer bajaba con una valija, pensé que se habían ido de vacaciones...". Las respuestas incluirán risitas nerviosas y palabras como "murió" y "me abandonó"). 
  • Observaciones sobre la ropa ("Tenés la bragueta baja" o "se te está escapando una teta" pueden generar tensión e incomodidad).
  • Comentarios sobre el olor imperante (en un 75% de los casos, el pedo que está aromatizando el viaje habrá sido expedido por tu compañero de aventuras, quien se pondrá rojo como un tomate, y vos, de puro solidario, harás lo mismo).

2 comentarios:

  1. Porfa apurale con el del Taxi porque lo necesito con urgencia.

    ResponderEliminar
  2. Ja, dame unos meses que tengo que leer un par de libros de Hanglin

    ResponderEliminar